Presencial
En la biblia, exactamente en el libro de Génesis, dios expulsa a Adán y Eva del paraíso, en ese momento los maldice así: “Ganarás el pan con el sudor de tu frente, hasta que vuelvas a la tierra, de donde fuiste sacado. ¡Porque eres polvo y al polvo volverás!”. De ahí el refrán referido al trabajo que todxs conocemos. Para la mayoría de las personas no hay nada más dignificante que el trabajo duro, largas horas de pie bajo el sol, cargando peso excesivo, corriendo de un lago a otro, no obstante, en cada mesa chilena de clase media baja, se ha hablado alguna vez del esfuerzo de nuestros padres para llevar el pan a la mesa, y de los sueños que el trabajo duro proporciona, como el de la casa propia. Dentro del flujo que existe en plaza de armas, aunque disimiles los seres que transitan y con motivaciones distintas, todos de alguna manera están ganándose el pan y/o trabajando duro. Los evangélicos predicando con todas sus fuerzas, los empleados de las tiendas saliendo a fumar para pasar el rato, los que almuerzan apurados en las bancas para volver a trabajar, las personas dedicadas a la prostitución de pie bajo el sol etc. Un flujo constante de ambición y búsqueda, que se expresa en el movimiento y en la transa diaria que ese espacio hace ver a simple vista. ¿Algún día esos deseos se consolidarán?
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